lunes, 26 de agosto de 2013

Poder en peligro

Hace unos años, Jared Viktor Athan, dominando la personalidad de Jared, a causa del sentimiento de vacío e impotencia hizo un peligroso hechizo para devolver a su padre la cordura. Jared, quien no dominaba aún los poderes lo suficientemente bien como para realizarlo con éxito consiguió devolverle a Paris la cordura pero a un precio que nadie se imaginaba.
Al realizar este hechizo se desintegró a nivel material, perdiendo su deidad, quedando solo su alma ligada a su corazón, que residía en el Olimpo, pero al poseer los poderes primarios, salvo el de Hades, el cual no pertenecía a la familia, estos se desvincularon de cualquier cuerpo volviendo de nuevo al Olimpo, donde esperarían por sus nuevos dueños.
Rebecca no se preocupó por esto, ya que desconocía que podían perder cuanto tenían y ya que ella tenía una copia de cada uno, no obstante, Narcisa si que sabía lo que podía pasar, y se dio cuenta demasiado tarde de que las consecuencias se les venían encima.
El bebe que se gestaba en las entrañas de Circe fue a heredar el peor poder que podía; el de Zeus.
Estando los poderes en el corazón del Olimpo, el niño no heredaría una copia, no heredaría el poder de un modo normal, si no que él mismo nacería con el poder verdadero, sería así el nuevo Zeus, no sería un semidios, si no un dios, por no hablar el enorme poder que heredaría por parte de padre, y a consecuencia de esto,  por el ya avanzado embarazo, el bebe ya tiene el poder en él, así que cada copia de este poder ha quedado anulada para cada miembro que lo tuviera, y con esto, se han quedado privados todos y cada uno de ellos de acceso al Olimpo, ya que sin el permiso de Zeus, nadie entra.
Sería "facil" acabar con el bebe, no permitirle nacer y así no se alteraría el orden, pero Circe está atrapada en un extraño universo del que no se le permite salir, y al que tan solo Peter puede entrar.
Con la regeneración del Olimpo ya en marcha debido a la cercana existencia de un nuevo Zeus, a partir de este niño cada pequeño de su sangre que nazca lo hará de igual modo que él, heredando uno de los poderes, convirtiéndose en dios del poder que el destino decida, y así, niño a niño, poder a poder, irán perdiendo los dones que por dúplica hecha por ellos mismos, o que han recibido por nacimiento tienen, hasta perder toda deidad, quedando reducidos a sus otras naturalezas para los semidioses; vampiros, demonios, o incluso meros mortales.
El único remedio sería conseguir tener a ese niño, no permitir que haya más descendencia hasta entonces, y cuando el pequeño crezca, hacer que les permita subir al Olimpo y una vez allí, aquel que sepa como tomar de la fuente los poderes podrá tomarlos, quedándose con los poderes originales y salvando así al resto como consecuencia. Y por supuesto, si quieren seguir teniendo el control del Olimpo, tendrían que hacer que el niño les diera su poder o el propio niño seguiría teniendo el control del Olimpo como nuevo Zeus que sería.